Breve Bosquejo Histórico sobre el
Deporte Colombófilo en Cuba y el Nacimiento
de la Sociedad Colombófila de la Habana
Hace más de tres cuartos de siglo, surgió a la vida de las colectividades, endeble y raquítica, la Sociedad Colombófila de la Habana, que tras ruda lucha, marcha a la vanguardia de nuestro deporte en la isla. Esta asociación, integrada y dirigida por cubanos, conserva su existencia después de estos largos años, en el transcurso de los cuales, los entusiastas colombófilos han luchado a brazo partido para sortear los escollos que se han presentado en el camino, amenazando seriamente su estabilidad.
Según se cuenta, las primeras mensajeras en la habana, las tuvieron los Dres. Chaguaceda y Robelin, los acaudalados Sr. Mendoza y Francisco Sierra, así como el periodista C. Várela Zequeira, que pueden considerarse a mi juicio como los precursores del deporte alado en Cuba.
Aquellas mensajeras eran denominadas "Francesas" porque procedían la mayoría de ese país, así como otras importadas por el Sr. Ramón Mendoza del famoso criador americano T. P. Green que se encontraba entonces en su más brillante temporada. Estas noticias se tienen por los alrededores del año 1890.
Estas palomas por diversos medios poblaron múltiples palomares, difundiendo la afición entre los habaneros, los que en su mayoría simpatizan con estas nobles aves. No hubo vuelos a distancia, ni organizaciones colombófilas, antes de la última guerra por la independencia (1895), solo se citan unos ensayos practicados por el Sr. Aquiles Solano, enviando mensajeras en vapores costeros que hacía la travesía por la costa norte de la isla, se desconoce la mayor distancia recorrida y detalles.
Llegado el año 1895, en que los patriotas cubanos decidieron romper las cadenas de la colonia y más tarde con la llegada del terrible general Weyler, las palomas mensajeras fueron objeto de persecuciones, salvo que llenaran sus dueños ciertos requisitos, que pocos quisieron aceptar, por estimarlo vejaminoso y que constituían un peligro, por lo que las mensajeras fueron dispersadas o muy escondidas, casi se extinguieron en este período.
Terminada la guerra contra España y como la semilla colombófila estaba regada en buen terreno, fructificó y comenzaron de nuevo a verse sobre los techos de las antiguas casas habaneras nuevos palomares, reorganizándose muchos de los antiguos, hasta que llegó el año 1900 de grato recuerdo, en que un adolescente tuvo la brillante idea de invitar a todas las personas que simpatizaban con las mensajeras, a una reunión en su casa, Campanario N° 40, en la que les expuso su propósito de constituir una sociedad igual a la que existían en otros países para el fomento del deporte colombófilo.
Aquel adolescente de 15 años no era otro que el Sr. Ramón. 0. Sánchez. Su iniciativa tuvo una buena acogida y merced del entusiasmo y esfuerzo que se le dedicó, constituyó al fin una hermosa realidad: "La Sociedad Colombófila de La Habana" y catorce fueron sus fundadores.
En sus primeros años hubo momentos en que solo existió nominalmente, y solamente gracias al amor de unos pocos, pudo llegar a tiempos mejores. El primer concurso que se disputó fue a una distancia de 178 Km desde la Ciudad de Pinar del Río, que fue efectuado el 15 de abril de 1901, utilizándose como cestas de viaje, canastas de lavanderas, y el primer premio fue otorgado a la Paloma N° 103 E.C.P. del colombófilo Emilio Tovar. Este recorrido fue efectuado en 5 horas y 19 minutos.
Muy interesante era la forma en que en aquellos primeros concursos se realizaron las comprobaciones. Se designaba una comisión que en un lugar escogido estuviese a horas acordadas. Los contendientes tenían que enviar inmediatamente el anillo de comprobación a la comisión, descontándole un tiempo por el itinerario que se debía de recorrer desde su casa a dicho lugar en que se encontraba la comisión. Los colombófilos utilizaban coches, bicicletas o simplemente muchachos corredores, dándose el caso de llegar dos o tres juntos con el escándalo consiguiente para asegurar primero la comprobación, y hubo hasta casos en los que tuvo que intervenir la policía por haber sido atropellado un transeúnte por los portadores de los anillos. La adjudicación de los premios era dada a las distancias al que tenía mejor hora. Después de concluido el concurso en el lugar de reunión (El Prado Habanero) se comenzaba las discusiones sobre los méritos de tales o más cuales palomas.
El 23 de abril de 1907 tuvo lugar un episodio por siempre memorable. Un concurso desde la ciudad de Santiago de Cuba a una distancia de 760 Km. La sociedad entró entonces en un periodo de auge, llegando en 1911 a una etapa de esplendor por muchos colombófilos nuevos, y palomas importadas de Bélgica, pero aquel periodo de esplendor fue seguido por un fuerte Slump llegando casi a paralizarse el deporte 3 años más tarde, hasta la importación de las inmejorables Durieux que inyectaron gloriosa sangre en casi todos los palomares cubanos y que corresponde este mérito al entrañable Dr. Montes de Oca, que por su buena amistad con Albert Durieux, director del periódico colombófilo belga "Le Martinet" de la época, hizo que este seleccionara de los mejores palomares, 6 pares de palomas que resultaron ser de los Sres. Marshal de Bierset y de Jules Janssens de Shaerbeek. A estas palomas sin ningún tipo de duda se le atribuyen los notables éxitos alcanzados por las palomas cubanas en todos los tiempos. Esta importación fue expedida por el Monseñor Durieux el 26 de mayo de 1914 en plena 1ra. Guerra Mundial.
El desarrollo y gran auge de la colombofilia en Cuba se deben a valiosos elementos que a partir de 1920 engrosaran las filas de nuestra sociedad despertándose entre todos una noble emulación, importando ejemplares, seleccionando, mejorando todos en su esfera de acción los métodos de cultura, trayendo como consecuencia mayor rendimiento en los lejanos concursos, resultante de la labor de los colombófilos y de una selectísima selección de palomas que pueblan nuestros palomares.
También es preciso para ser justos, hacer un párrafo aparte con caracteres de oro, por la incansable labor colombófila a la no igualada constancia de los ya fallecidos Dr. Gustavo García Montes, Dr. Víctor M. Pérez Lerena y el Sr. Omelio García Pila, cuyas pacientes actividades personales durante años a favor de nuestro deporte han redundado notablemente en los éxitos alcanzados por las palomas mensajeras cubanas de nuestros días.
La vida de la Sociedad Colombófila de la Habana que aún marcha triunfal en el éxito, es el producto del entusiasmo de jóvenes de la actual generación, que le han brindado sin reservas, el inapreciable tesoro de su inteligencia, abierta a la investigación y al don de una fe inquebrantable en el éxito de sus gestiones en pro del perfeccionamiento del deporte Colombófilo en la Isla.
No sé si habré logrado complacerlos y si alcancé a pesar de mis deficiencias lo que me propuse realizar, solamente he quedado muy complacido en este hecho.
Luis A Borges Ochoa
“ La Paloma Mensajera Cubana”
Ing. Herlán Varona Socías
Camagüey.Cuba. 18/ Sept./ 2001
Desde los inicios de la colombofilia en Cuba en los albores del siglo XX, con la creación de la Sociedad Colombófila de la Habana el 15 de Septiembre de 1900, primera en todo el país, los colombófilos cubanos se preocuparon por mejorar la calidad de las palomas que poseían debido a la necesidad de hacerlas regresar en el mismo día de suelta y lograr que alcanzaran mayor velocidad en el vuelo; así como una mejor morfología y adaptación a las condiciones climatológicas de nuestra Isla, todo esto unido al auge cada vez mayor que alcanzaba la colombofilia en el mundo, principalmente en Europa y en Bélgica como nación madre, lo cual tuvo una decisiva influencia en nuestros criadores por toda la información que llegaba a través de la prensa especializada, como el periódico “Le Martinet”, cuyos directores Mr. Félix Gigot, Albert Durieux y Joseph Henin, según las diferentes épocas, mantenían estrecha amistad con muchos de nuestros colombófilos.
La mayor parte de los colombófilos cubanos de los primeros cincuenta años de existencia de la S.C.H y también de la Sociedad Colombófila de Camagüey, que ya para 1925 había sido creada, eran personas adineradas, de una buena posición económica, en su mayoría ingenieros, médicos, veterinarios, abogados, hombres de negocios, etc.; lo que les permitía la importación de excelentes ejemplares desde países como Bélgica, Francia, Inglaterra, España y E.U.A, en muchos casos a precios elevadísimos, contribuyendo de esta forma a que se consolidara el deporte alado sobre bases sólidas dado por la gran calidad de los ejemplares que se iban dispersando por los palomares del país.
A esto le agregamos el alto nivel cultural de estos queridos y bien recordados señores, que hacían que se fuera desarrollando una colombofilia muy técnica, a lo que contribuyó en gran medida el contar entre sus filas con dos personalidades dotadas de un gran conocimiento y capacidad para escribir y trasmitir sus enseñanzas, ambos médicos, como fueron los inolvidables Dres. Félix Suárez Garro y Víctor M. Pérez Lerena, quienes con sus obras ayudaron enormemente al desarrollo y consolidación de la colombofilia, no sólo en Cuba, sino en el resto de los países de habla hispana. Con una gran visión futurista, capaz de hacer conciencia en época tan temprana como 1929, sobre la creación de una raza criolla, por la necesidad de lograr palomas que estuvieran adaptadas a nuestro fuerte clima tropical que afectaba a las palomas traídas desde la fría y lejana Europa, sobre lo cual el bien llamado “Padre de la Colombofilia Cubana” Dr. Victor M. Pérez Lerena hizo una exhortación a los colombicultores cubanos para que trabajasen en ese sentido.
El Dr. Pérez Lerena explicaba desde las páginas de la revista “Cuba Colombófila” de 1929, la necesidad de contar con nuestra propia raza de palomas, ya que serían nuestras palomas, adaptadas a nuestro medio ambiente, a nuestro clima. Anterior a esta fecha habían sido importadas las palomas de las razasWegge, Grooter, Van Shingen, Pittevil, Gigot, Vassart, Hansenne, Janssens, Gilbert, Bamplain, Veckman, Fabry, Ruhl, Drapps, Heitzman, De Mooy, Miller, Collenet, Gurnay, Henin, Bricoux y Sion entre otras. En este mismo año son importadas las primeras Stassart por los Sres. Miguel A. Reyes y Francisco Pérez Lerena, este último de excelentes relaciones de amistad con el gran campeón Belga Monsieur Guillaume Stassart, que en Octubre de 1935 realizó un viaje a Cuba y trajo personalmente un grupo de estas formidables palomas con el objetivo de contribuir al montaje del llamado “Hogar de los Stassart en Cuba”, propiedad de los Hermanos Pérez Lerena.
En 1914 había sido importado por el Dr. Manuel Viera Montes de Oca un extraordinario lote de doce palomas, que bajo el nombre de las “Durieux”, ayudaron a elevar la calidad de nuestras mensajeras con los rotundos triunfos que iban alcanzando y fortaleciendo los palomares donde eran introducidas. Quince años más tarde se conoció que estas palomas procedían de los palomares de los Sres. Jules Janssens y Arturo Marchal y pertenecían a las razas Wegge, Van Shingen y Grooter, sin dudas de lo mejor de la Bélgica de entonces y de las razas bases de las mejores mensajeras que existen actualmente en el mundo.
Con el trabajo paciente y la selección hecha por los distintos cultivadores a lo largo de más de cien años de colombofilia en Cuba y la introducción de alguna que otra paloma, como las importaciones de Grooter hecha a finales de los años 40’ y principio de los 50’ por los Sres. Omelio García Pila y José A. Pérez Noriega desde los Estados Unidos, se fueron consolidando los palomares cubanos y debido a la mezcla de todas estas excelentes razas dió lugar al surgimiento de la que hemos coincidido en llamar “La Paloma Mensajera Cubana”, predominando en ella con mayor fuerza las razas Wegge, Van Shingen, Grooter, Stassart y Janssens ( Jules Janssens de Shaerbeek), que se demuestra con diferentes características que aparecen en ellas como los ojos tabacos y blancos de los Wegge y los Van Shingen que los asegura como excelentes voladoras de fondo; el vizo rojizo en el interior de las plumas de las alas y en ocasiones en el resto del plumaje debido a la presencia de los Grooter; la fortaleza y resistencia para volar grandes distancias unidos al color de los ojos, en ocasiones tabaco o marrón, dado por la presencia de los Stassart; además de una gran viveza y poder de orientación heredadas de las mejores cualidades de sus antepasados, que sin dudas las hacen poseedoras de una gran calidad.
Un hecho importante que también influyó en la formación y consolidación de nuestra propia raza de mensajeras es que a partir de 1959 se dejó de importar palomas debido a los cambios políticos, económicos y sociales ocurridos en el país con el triunfo de la Revolución Cubana, que hizo que se mezclaran aun más entre sí las líneas en formación y se homogenizaran más, haciendo que la mayor parte de nuestras palomas actuales tengan un alto parentesco o un origen común. A todo esto le agregamos otro hecho ocurrido en la segunda mitad de los años setenta con una donación de ejemplares que llegó al país procedente de Checoslovaquia y Rumanía, la cual resultó un gran fracaso dada las características de estas palomas, de mucho plumaje y gran tamaño, totalmente diferentes a las nuestras, que no pudieron adaptarse a nuestro medio y dada su belleza y morfología hizo que muchos colombófilos desecharan nuestras antiguas palomas y se enfrascaran en el cultivo de éstas o las cruzaran con las ya existentes llevándolos a un rotundo fracaso y haciendo que se extinguieran muchas de ellas. Una vez percatados del error volvieron sobre las antiguas palomas, pero ya se habían perdido muchas líneas importantes.
Sólo aquellos que no se dejaron llevar por esta oleada de Checos y Rumanos supieron mantener nuestras cubanitas palomas y a ellos le debemos hoy la existencia de ellas. Es por eso que la mayor parte de las mejores palomas de la actualidad tienen un tronco común basado en lo que los Sres. Juan Pulido Ledesma y Francisco “Paco” Alonso, como artífices principales, lograron cultivar a partir, fundamentalmente, de palomas como el 2415-61Macho Mosaico, el 2090-59/61 Macho Azul, la 174-58/67 Hembra Empedrada y el Derby 86-56 Macho Empedrado respectivamente, todas procedentes a su vez de lo mejor dejado por el Sr. Omelio García Pila.
Entre los colombófilos que más se han destacado en el cultivo de las mensajeras cubanas y que han dejado una huella imborrable debido al predominio de las líneas que llegaron a formar y cuyas características aún están presentes en nuestras mensajeras actuales se encuentra el Dr. Gustavo García Montes, uno de los más grandes colombófilos y colombicultores cubanos de todos los tiempos. Ganador de los campeonatos de 1936,1937,1938 y 1942; cuyo palomar se basaba en los “Durieux” y fue considerado por los colombófilos de su época (entre la década del 10’ y la del 50’) como un racista por la uniformidad y calidad de sus palomas, que cuando revisamos a profundidad el pedigree de algunas de nuestras mejores mensajeras encontramos la presencia de sus palomas como el 321-30/45 Macho Empedrado, adquirido por el Sr.Omelio García Pila y apareado de forma casi inseparable con la extraordinaria 2423-37/44 Hembra Empedrada, con la que produjo ejemplares excelentes como fue la Derby 100-51 Hembra Empedrada ganadora de muchísimos premios de fondo, entre ellos un segundo desde Guantánamo a 830 kms, en el mismo dia de suelta y con tiempo muy lluvioso.
También el Sr. Omelio García Pila, sin dudas uno de los mejores de todos los tiempos, como colombicultor y competidor, de cuyas palomas provienen la mayor parte de las mejores mensajeras de la actualidad y continuador en cierto modo de la obra de García Montes, de quien adquirió varias palomas al retirarse éste de la colombofilia activa en 1950 por encontrarse enfermo del corazón. Ganador de varios campeonatos de fondo entre 1955, 1956, 1957, 1958 y 1960; además del Derby de 1953, en ese mismo año 3ro en velocidad, 3ro en el gran premio selectivo y 4to en el fondo. Primer lugar del premio selectivo en 1958 y 1959. Poseedor de la paloma 2423-37/44 Hembra Empedrada, galería de la fama en 1949, considerada la mejor paloma cubana de todos los tiempos, cuya descendencia aún está haciendo historia.
El Dr. Víctor M. Pérez Lerena gran colombicultor que se mantuvo hasta 1965, año en que murió, dedicado al cultivo de los Stassart. A los Sres. César Pérez Soriano, Roque Duque, Carlos López Céspedes, Juan Ablanedo, Carlos Saladrigas Heredia, Ignacio Garrido, Rafael Sotolongo y más recientemente al Dr. Heliodoro Martínez Junco y los ya mencionados Francisco “Paco” Alonso y Juan Pulido Ledesma, entre otros.
Han sido muchas las palomas destacadas en estos cien años de colombofilia en Cuba que han trascendido, garantizando a su descendencia la calidad que poseían. Solo mencionaré algunas que considero las más importantes, porque es imposible mencionarlas a todas. Como relaté anteriormente la 2423-34/44 Hembra Empedrada fue una extraordinaria paloma, con varios premios de fondo y galería de la fama en 1949, excelente reproductora, árbol principal de las mejores mensajeras de la actualidad en el país. Era hija del 1331-36 Macho Empedrado cabeza pinta, que a su vez fue un extraordinario volador y reproductor con varios primeros premios a 500, 720 y 830 Kms., hijo de dos Stassart puros conocidos por “David y Desgraciée”. El 2090- 59/61 Macho Azul, cinco veces premiado por el Sr. Omelio García desde Guantánamo a 830 Kms.. El 2858-58 Macho Chocolate, excelente volador y reproductor. Propiedad del Sr. César Pérez Soriano. El 8681-73/75 Macho Empedrado, 1er Premio desde Baracoa en 1977, a 870 Kms, gran reproductor y raceador, cuya descendencia se caracteriza por ser ejemplares sumamente seguros en vuelos de larga distancia. Propiedad de Francisco“Paco”Alonso. La 5050-78 Hembra Azul, excelente viajera y reproductora con gran cantidad de premios entre medio fondo y fondo. La 5952-85 Hembra Empedrada con varios premios de fondo y destacada en la reproducción. La 2637-70 Hembra Empedrada, con varios premios a más de 680 Kms., entre ellos dos veces Maisí y Baracoa. El célebre 351-73 Macho Tacheté, conocido por “El Cabito”, que ha marcado una etapa importante como reproductor y descendiente de la 2423-37/44. La 174-58/67 Hembra Empedrada, conocida por “La Moa”, extraordinaria voladora y reproductora, altamente consanguínea a la 2423-37/44 y madre del Cabito. El 2415-61Macho Mosaico, gran reproductor. La 8778-82 Hembra Empedrada, altamente consanguínea, pues era hija y nieta del “Cabito”, extraordinaria voladora de fondo y a cualquier distancia, premiada tres veces desde Alto Cedro a 720 Kms., Holguín 680 Kms., Las Tunas 620 Kms, Baracoa 870 Kms y Maisí 920 Kms. Todas del Sr. Juan Pulido Ledesma. El 2021-66 Macho Empedrado Ali blanco, récord desde Baracoa a 870 Kms. Propiedad del recientemente fallecido Sr. Armando de los Santos. La 22748-94 Hembra Mosaica que posee el récord desde Maisi a 920 Kms. Propiedad del Sr. Vladimir Perdomo. El 47977-94 Macho Empedrado, único ejemplar en Cuba que ha volado desde Moa hasta Pinar del Río cubriendo la distancia de 970Kms. Propiedad del Sr. Félix Capote. La 10118-84 Hembra Azul, excelente voladora que ha ganado el trofeo Víctor Pérez Lerena. Propiedad del Sr. Emilio Bethencourt. La 1085-73 Hembra Empedrada, paloma muy destacada en medio fondo. Propiedad del Sr. Orestes Altuve.
Todas estas excelentes palomas y muchas otras que se escapan a mi memoria o me son desconocidas por encontrarse en diferentes partes del país tienen un tronco común o están estrechamente emparentadas entre sí, lo que las hacen tener caracteres muy parecidos que las identifican como una raza: La Mensajera Cubana. Podemos describirlas como aves de musculatura bien definida, tamaño mediano, patas cortas, poco plumaje capaz de soportar nuestro fuerte clima con una amplia gama de colores predominando el azul, empedrado claro y oscuro, bronceado, mosaico y en menor medida el canelo, bayo y negro. Poseen una cabeza mediana acorde a su tamaño con morrillos medianos o pequeños y en algunas líneas aparecen los ribetes o aureolas gruesas que les dan una gran belleza, además de contar con una amplia gama de colores de ojos, que según la línea predominante, puede ir desde el blanco, perla, rosa, fresa y marrón, o desde el amarillo, naranja, rojo y tabaco, debido a la presencia de las diferentes razas Belgas presentes en su formación. Además poseen excelentes alas muy amplias, con gran resistencia para volar largas distancias, en muchos casos en condiciones adversas de fuertes vientos de dirección variable, mucho sol y un calor sofocante. Todo esto unido a un gran sentido de orientación, inteligencia y gran poder de adaptación a otros tipos de climas que les permiten en corto plazo alcanzar buenos resultados en los diferentes países a donde han sido llevadas. Hecho que se demuestra en los resultados alcanzados por Cuba en los distintos campeonatos mundiales y colombódromos celebrados recientemente en países como Portugal, Argentina, Colombia y México. También en muchísimas palomas que han sido llevadas hacia las Islas Canarias en donde han tenido un gran éxito volando sobre el mar, en ocasiones a más de 900 kms. y ganando los Derbys de Las Palmas por dos años consecutivos.
Podemos concluir diciendo que debido a los pacientes y meditados cruzamientos realizados por los colombófilos cubanos a través de más de cien años de práctica colombófila y a una rigurosa selección, con la ayuda del mejor juez que existe en colombofilia llamado cesta; además de poder contar desde el inicio con excelentes ejemplares de lo mejor del mundo y en especial de Bélgica, gracias a aquellos que no escatimaron esfuerzos y sacrificios para adquirirlas, surgió una paloma con características propias, diferentes a las otras razas existentes en el mundo, adaptada completamente a nuestro medio, a nuestro clima, poseedora de una enorme calidad como fiel heredera de las mejores cualidades de sus ancestros y que los colombófilos de hoy llamamos “La Paloma Mensajera Cubana”.
Por todo esto las generaciones colombófilas de hoy debemos agradecer profundamente a todos aquellos que hicieron cuanto estuvo a su alcance para fomentar de forma sólida e indestructible la colombofilia en nuestro país. Ellos sembraron para que nosotros recogiéramos; como a nosotros nos corresponde hoy el sagrado deber de mantener lo que heredamos y trabajar para que los que vengan detrás puedan dar continuidad a este bello patrimonio de la colombofilia cubana. ¡Cuidemos y conservemos la Paloma Mensajera Cubana!. Porque es el símbolo de nuestra identidad colombófila.
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